
Existen creencias muy extendidas en algunos círculos de que el «palo santo» y otros aromas o la sal o las invocaciones son necesarios para protegerse de «supuestas entidades» y «energías oscuras» y que incluso hay que «pedirles permiso» para que no nos hagan daño. Todas estas creencias son proyecciones de la desconfianza a las que se le entrega el poder, e incluso se usan por algunos chamanes y facilitadores para presentarse ellos como salvadores o con poderes especiales con los que cuidarte.
Cuando fumé la medicina del sapo bufo alvarius me fundí con el Amor Absoluto, el fondo último más allá de toda dualidad y allí no había nada de lo que protegerse. En el amor estás a salvo y en la confianza fluyes. Como se dice en un «Un curso de milagros» «en mi indefensión radica mi seguridad», no es defendiéndome que llego a estar seguro sino dejando de defenderme que lo estoy pues mientras estoy a la defensiva estoy preso de la desconfianza y le entrego mi poder a esos mecanismos que me «protegen» a cambio de mi libertad , en una cárcel y sin embargo cuando me desprotejo mi corazón se reabre a la vida y todo se transforma, todo esto a un nivel intimo y profundo, no me refiero a que haya que ser ingenuo y que no haya que poner limites a quien quiere hacerte daño, todo lo contrario, de eso estamos hablando, de poner un límite a todo esto. A esas falsas protecciones que nos restan libertad.
De lo que si hay que protegerse es de estas creencias desempoderantes y limitantes que solo promueven que la persona refuerce creencias de que el universo es un lugar hostil y amenazante. También meten creencias de «parásitos astrales» y «entidades» y no hay nada más parasitario que esas creencias que usan individuos para sentirse especiales por luchar contra suspuestos brujos o por personas que no quieren hacerse cargo de su vida y responsables y dicen que sufren por causa de parasitos, mal de ojo y entidades en vez de por aquellas decisiones que se niegan a tomar o actitudes que no quieren cultivar. Muchos te dirán que si que han visto entidades y paŕasitos pero son todo proyecciones de su propia concepción , cuando muchas veces preguntas lo que sentían y a quien les recordaban al final ves que eran su madre, su padre o otras personas que en su vida les hicieron daño y a las que nunca se enfrentaron o a las que se rebelaron pero todavía se niegan a reconocer que les sigue doliendo que no les aceptaran o lo que piensan de ellos. Esas energías acosadoras y amenzantes no son otra cosa que los miedos del «qué dirán». Son representaciones pero no son reales.
Tampoco tienes que pedir permiso antes de tomar ayahuasca a ningunos seres porque eres una criatura divina igual de digna que todas para acceder al amor y al misterio. Al contrario de lo que se decía en las misas si eres digno de que lo divino y el amor entren en tu casa, en la casa de tu corazón.
Tampoco estás sucio enegéticamente y tienen que limpiarte. Eso solo refuerza tus creencias de que eres un ser impuro e indigno. Los que hablan de todas estas cosas suelen ser personas con complejos de inferioridad que tienen que crear un personaje de «chamán especial sanador» que no han desarrollado la capacidad de ver lo que realmente les ocurre a las personas que siempre tiene que ver con la relación que tienen consigo mismos, con otros y la vida. Como se tratan a si mismos.
Si alguien te dice que es sanador desconfía. La capacidad de sanarte y liberarte está en tí, afuera solo hay catalizadores, la ayahuasca también lo es. Es curioso que los que más hablan de estas supersticiones son los que se autoproclaman como guardianes del conocimiento verdadero del ayahuasca y no se dan cuenta de que rodeando a esta maravillosa medicina de todas esas creencias falsas solo le quitan rigor ante el mundo para que se reconozca y meten miedo a los que se plantean tomarla. Cuando es una medicina de puro amor.
Con estas creencias solo se refuerza la debilidad y la desconfianza. Te sugiero algo, desconfía de la desconfianza, deja de confiar en ella y la confianza en la Vida te llevará por senderos mágicos, esa es la verdadera espirirualidad que muchos confunden con la astralidad. La «astralidad» es un supuesto mundo de magos y brujos creado por niños y niñas heridas que buscan entretenerse para no crecer, es como una especie de «netflix chamánico astral» para pasársela jugando con visiones proyectadas que les hagan sentirse especiales porque en el fondo todavía no han visto que son únicos y tienen que vivir aferrados a un personaje que ni ellos mismos se creen en el fondo y con la sensación de vivir estafando y prostituyéndose a cambio de la atención que le dan los otros por contar esos siniestros cuentos y proponerse como salvadores. Ya estoy harto de tanta tontería y seguro que tú también si has llegado hasta aquí leyendo, así que si quieres levanta la voz y respétate cada vez que veas a alguien tratando de engañarte o engañar a otro.
Sergio Sanz Navarro