Las afirmaciones «Todo es perfecto» , «es tu proyección», » tienes que fluir», «todos somos uno»… esconden en su fondo grandes comprensiones que nos ofrecen la posibilidad de sumergirnos en una experiencia profunda y verdadera ,pero también pueden usarse para vivir desde una espiritualidad postiza que esconde una violencia hacia muchas de las experiencias que sentimos que no encajan con ese molde impostado. También pueden llevarnos a tratar de imponer a otros esta manera de ver las cosas desde esa misma violencia, lo que puede reforzar sentimientos de incomprensión o de aislamiento y de conflicto con los «dormidos». Además, espetarle este tipo de afirmaciones a personas que nos están manifestando su impotencia o confusión en un determinado momento de su vida puede hacer que nos desconectemos de ellos y los dejemos solos en su incomprensión, en vez de conectar con ellos desde una empatía natural que esté desprovista de todo consejo o frase hecha que les haga sentir que tienen que hacer algo para corregirse y cambiar con urgencia lo que sienten. Tener empatía con el otro no requiere sufrir junto a él, pero si requiere de acceder al registro de cuando sentimos algo parecido o simplemente abrirnos a escucharlo y estar presente con él sin necesidad de entenderlo ni ponernos en su lugar porque jamás nos ocurrió lo que le ocurrió a esa persona. Es decir la empatía es una conexión con el otro y a la vez una desconexión con la idea de que es necesario sufrir con esa persona para no dejarla sola o parecer frío, al revés, ese autocuidado con nosotros mismos requerido a la hora de pararnos a sentir junto al otro le imbuye al otro de calidez y presencia, sin embargo una persona que no quiera conectar con su dolor porque esté en una nube de pedo espiritual le meterá prisa al otro para que se arregle o se alejará rápidamente para no ser «contagiado».
«Soy amor», «todos somos amor» pueden llevarnos a un acercamiento cariñoso y amoroso con los otros que se asiente en la profundidad o puede llevarnos simplemente a un acercamiento espúreo, breve, tenso y lumínico a base de autonulación de nuestras expresiones más sinceras.
Tambien pueden llevarnos a forzarnos a modificarnos desde nuestra idea de lo que es «ser amor» en vez de vivirlo desde un permiso interno y profundo, y pueden torcernos a una mayor esclavitud en nombre de la espiritualidad en vez de a dejarnos ser en paz.
Además de incrementar la escisión interna al tratar de extirpar todo aquello de nosotros que no sintamos como parte de ese reino lumínico delirante y de neón, hasta el punto de a veces extroyectarlo hacia afuera completamente diciendo que provienen de energías oscuras o entidades de las que hay que protegerse.
Decirle a otro que «todo es tu proyección» puede ser una evasión de nuestra responsabilidad cocreadora, a veces lo será, pero a veces habremos de hacer un reconocimiento interno. Si el otro piensa que todo es su proyección eso puede llevarle a inavalidar un sentir sabio que le invita a moverse, no todo sentir que nos incomoda o llamado «negativo» es falso, a veces hay una inteligencia detrás, por ejemplo a veces la insatisfacción proviene de una exigencia interna de la que hemos de liberarnos si queremos disfrutar o puede provenir de una respuesta interna a un ambiente que no nos agrada o nos informa de un movimiento vital que hemos de hacer y que nos llevará a una liberación y transformación de nuestra vida.
Esta polarización de la experiencia humana hacia un intento de estacionamiento en un estado anímico omnipotente hace que la «caída» hacia estados llamados «inferiores» sea brusca y las reacciones ante todos aquellos que lo amenacen o no se sometan a la dictadura de la sonrisa eterna y el buenrollismo queden señalados como los creadores del mal o en el que caso de que sean facilitadores o terapeutas que dejen mostrar su lado mas humano sean llamados fraudes o recriminados con dureza. Dada la importancia para todos los que nos dedicamos a acompañar a personas y los que quieren dedicarse a ello de comprender la importancia de todo esto es que vamos a profundizar en ello en el siguiente ciclo formativo. Esto ha sido llamado por algunos «bypass espiritual» , refiriéndose a personas que presumen de un estado espiritual que no han alcanzado y que se autoengañan sobre ello. Pero dado que la expresión misma del «bypass espiritual» ha sido usada para «diagnosticar» y atacar a otros o menospreciarlos es que decidicimos ir incluso más allá de ello. Todos los que cruzamos la senda espiritual podemos tener algún momento de «yo yá trascendí todo» y está bien que así sea como parte de recolocarnos internamente más allá del sufrimientocentrismo, el autocastigo y el drama, pero el tema es no quedarse estancado ahí e ir más allá a un lugar de armonía donde todo el espectro emocional queda abrazado, incluido, respirado y donde la espiritualidad se vive imbricada con lo humano sin necesidad de historias de un yo espiritual reafirmado sino como algo simple que vive en armonía con el misterio y en el abrazo del corazón. La consciencia del autoengaño se ha vuelto en algunos ambientes como una suspicacia extrema hacia uno mismo y hacia otros, se ha convertido en evaluación y en un argumento más para desconfiar de la expresión sincera de otros y sepultarnos en la indignidad segando y descartando cualquier despunte de conexión profunda con nuestra esencia divina, en esos ambientes donde se han obsesionado con saber si se están autoengañando o no las personas quedan atascadas en una neurosis donde uno nunca es lo suficiente honesto espiritualmente hablando y por lo tanto nunca está listo para el amor verdadero cuando el autoengaño más grande que existe es creer que no mereces amor en este momento, es el otro extremo de la nube de pedo espiritual que podríamos llamar la nube de pedo pesadillesca de la autoconfrontación y la confrontación constante. Por lo tanto no vamos a dedicarnos a desenmascarar a nadie, ni a decirles que fingen iluminación y se autoengañan porque en el fondo siguen creyendo que son una mierda que no merece amor, sino simplemente vamos a crear un espacio para que vean que no es necesario aferrarse a ninguna belleza artificial sino que puedan ver la belleza natural que radica en la suavidad del amor que permite el crisol de la experiencia completa que se armoniza por si misma cuando se permite desde adentro. Y todo ello sin quedarnos atrapados en ella, secuestrados en la emoción o en la telaraña de alguna historia o enredo mental. Iluminar – se , no es otra cosa que dejar que la luz entre y lo inunde todo, dejar que la consciencia del amor se pose sobre cada sensación como un autointromasaje sensitivo de atención calmada, una consciencia que no saca conclusiones sobre lo que ve sino que solo lo abraza imbuyéndole amor porque sí , sin poses espirituales y sin ideas preconcebidas de amorosismo, sino permitiendo la hondura y radicalidad del amor mismo sin definiciones, en toda su salvaje suavidad. Permitiendo lo humano desde la espontaneidad para sentarnos juntos a discernir y abrazarlo todo en un espacio de contención, escucha, sin dramas pegajosos y disociados ni exaltaciones espirituales que rozan la psicosis y la enajenación.
Una oportunidad de conectar con lo que de verdad nos importa, y eso quizás sea el ver a una hermana o a un ser querido que hace mucho no vemos y nos pone tristes, otras veces será algo que necesitamos expresar porque nos cabrea e incluso manifestar el odio o rechazo hacia algo… todo ello lejos de alejarnos del amor, nos acercará más a él y a su profundidad , expresarlo hacia afuera y desahogarnos (de la cuerda de lo espiritual y politicamente correcto con la que nos ahogamos) nos brindará paz, plenitud y una integración interior más honda de un hogar interior donde se le da la bienvenida al corazón, un corazón que sufre cuando caemos engañados por creencias mentales de nosotros mismos , de los otros y de la vida que nos constriyen y de las que no nos liberamos poniendo encima de ellas otras más bonitas sino cuestionando todo lo creído para que la paz del amor entre en el silencio del no- saber.
Un escrito que surgió de una conversación con Flor esta mañana sobre estos temas que expondremos en el ciclo formativo para facilitadores en Barcelona del 17 al 20 de noviembre en nuestra casa de Sant Pol de Mar
Información y reservas: +34 661023916 (Sergio)http://www.escuelafloresiendo.com/formacion-barcelona/