DÉBORA GONZÁLEZ, LA DOCTORA QUE ESTÁ LLEVANDO A CABO EL ENSAYO CLÍNICO CON AYAHUASCA MÁS GRANDE A NIVEL MUNDIAL SOBRE EL POTENCIAL TERAPÉUTICO LIBERADOR DE ESTA MEDICINA EN PERSONAS CON DUELOS PROLONGADOS

«Tras décadas de investigación en torno a los psicodélicos, la doctora Débora González se interesó por la investigación de la ayahuasca aplicada al duelo tras el trágico suicido de un amigo muy próximo. Tras un largo proceso de «rabia y negación», esta psicóloga clínica logró desbloquear el proceso de duelo gracias a la ayahuasca, cuyo nombre en quechua significa ‘la liana de los muertos’. Actualmente, y como parte del programa de investigación de la Fundación Beckley Med, Débora lleva a cabo un ambicioso y pionero programa que estudia el efecto de la ayahuasca para el duelo prolongado en un grupo de 200 personas a lo largo de tres años. El estudio acaba de iniciar su segunda fase y se realiza en Cataluña.

¿Cuál es tu tarea en Bmed y qué es exactamente el proyecto de investigación en el que estás embarcada?

Estoy encargada del área de investigación de BMed. El proyecto que estamos llevando a cabo actualmente trata de conocer el potencial de la ayahuasca asistida con psicoterapia para la prevención del vuelo prolongado. Queremos comprobar si la ayahuasca facilitada dentro de un contexto terapéutico puede ayudar a las personas a continuar el proceso del duelo sin que se quede cronificado.

¿Por qué es importante este estudio en este momento?

Estamos atravesando una pandemia muy grave, donde mucha gente ha muerto de formas muy abruptas y sin preparación, muy solas en el hospital. La gente no se ha podido despedir de sus allegados; algunos ni siquiera han podido enterrar a sus muertos ni abrazarse a sus seres queridos en los pocos funerales que se han podido celebrar, y todo esto lleva a una alienación de lo que es un proceso natural de vida y muerte. Estas circunstancias tienen muchas papeletas para que el duelo pueda cronificarse, que se quede hay una herida sin poderla cerrar bien y va a abriéndose en los momentos que menos lo esperemos.

Creo que este estudio llega en un buen momento porque damos la oportunidad a las personas para poder hacer estos rituales que no pudieron hacer en su momento.

El estudio nos da la oportunidad de poder hacer unos rituales con una planta medicinal, que nos permite ampliar la visión sobre la vida y la muerte del ser humano.

¿Por qué precisamente ayahuasca?

‘Ayahuasca’ en quechua significa la ‘liana de los muertos’ o la ‘enredadera de las almas’, y esto es porque de alguna forma conecta al ser humano con un mundo espiritual, un mundo más trascendente. Al margen de las creencias religiosas o filosóficas que cada uno pueda tener, la muerte siempre es el Más Allá. Aunque en Occidente lo entendamos como el fin último de la existencia y la nada, aunque lo entendamos como esa nada ciega y vacía, ese otro lado existe y entonces la ayahuasca, como su nombre indica, tiene ese potencial de conectarte con ese otro lado. Lo que hemos visto a lo largo de las investigaciones que hemos ido haciendo es que el potencial terapéutico de esta planta en los procesos de este duelo es muy amplio y muy variado, pero hay un fondo común que es ayudarte a dar otro paso y continuar avanzando en el proceso del duelo, porque el duelo no es un problema que hay que resolver ni un estado del que haya que salir. Es un proceso natural en la vida del ser humano y es un proceso que tenemos que caminar. Hay algo que es un subyacente a casi todos los procesos y es esa ampliación de la visión y de la comprensión sobre la vida y la muerte, y las relaciones sobre nosotros y los que se han ido.

¿Cómo están reaccionando al estudio los primeros participantes en el mismo?

Lo que nos hemos encontrado es que la mayoría de las 16 personas que han participado hasta ahora nos dicen “gracias por poner esto en marcha, porque creo que es la mejor el mejor contexto que podríamos encontrar para poder honrar a nuestros seres queridos y para poder sanar nuestro corazón”. Esto suele venir de gente que ya ha hecho ayahuasca previamente. Más de la mitad delos participantes no han tomado ayahuasca antes y están plenamente abiertos, porque ven la falta de herramientas y de recursos que tenemos en Occidente.

Tenemos personas de 66 años que nunca han tomado psiquedélicos y que vienen muy interesados porque han leído sobre potencial que tiene la ayahuasca para ampliar nuestra cosmovisión sobre la vida de la muerte. ¿Por qué quieres participar en el estudio? “Porque necesito respuestas. Necesito saber por qué me ha pasado esto, por qué he perdido a mis dos hijos en un mismo año… hay algo que tengo que aprender”. Para estas personas creo que es una herramienta como en la que no podríamos ofrecer desde ningún otro lado de la psicoterapia, porque las respuestas que tienen las personas forma natural. Respuestas que te llevan a otras preguntas que nos ayudan a entender cada vez más un poquito más y cada vez hacernos más humanos, porque cuanto más conoces, más compasión y empatía tienes por los demás; sientes que somos efímeros como una gota de rocío.

¿En qué consiste exactamente el contexto en el que vais a dar la ayahuasca a los participantes en el estudio?

Es difícil hacer un estudio así dentro de la sanidad pública, tal y como está concebido el sistema sanitario a día de hoy. Cuando Gaudí cuando creó el Hospital Sant Pau en Barcelona lo hizo a las afueras de la ciudad, en un sitio más tranquilo, más cercano de la naturaleza, con pequeñas casitas y caminos lindos para conectar cada uno de los centros, porque él entendía que para sanarse el contexto y el ambiente eran muy importantes, y para eso tenías que salirte fuera de el bullicio de la sociedad y estar más en conexión con la Naturaleza. Creo que en el fondo, Gaudí que tenía mucha razón con esta visión. El tipo de hospitales y de centros sanitarios que tenemos ahora, donde todos son pasillos larguísimos, llenos de puertas con luces fluorescentes, no ayuda a nada a curarte. La gente teme ir al hospital porque eso es un lugar bastante hostil.

Por tanto, el estudio no se hace en un entorno clínico…

Tenemos la oportunidad a día de hoy de trabajar en colaboración con el Santo Daime, una iglesia que utiliza la ayahuasca como un sacramento. Ellos nos facilitan la sustancia y, con su colaboración con ellos, vamos a buscar un sitio que esté en la naturaleza, que esté resguardado, que sea cálido y acogedor para hacer este tipo de ceremonia. ¿Por qué hacemos una ceremonia y no hacemos una sesión psicodélica de psicoterapia? Porque creemos que el duelo es distinto cualitativamente cuando se pasa en soledad que cuando se pasa en compañía, y creemos que el aspecto comunitario de poder hacerlo en familia, afianza mucho los lazos y da un sentido de realidad compartida que es más grande que cuando vives las cosas a nivel individual. Este estudio lo que quiere, en un meta-paso, no es solamente curar a las personas a nivel individual y clínico, sino también crear cultura y que nosotros, los occidentales, que hemos perdido nuestros ritos de paso y de transición como en el caso de los muertos. Con la ayahuasca, las familias se pueden sentar alrededor de un fuego, y pueden tomar esta esta planta sagrada y medicinal y traer la presencia de aquellos que no están.

De hecho, la ayahuasca se utiliza originariamente para reforzar los lazos y cohesionar la comunidad, ¿es así?

Exactamente. Esto ha sido un legado transcultural que hemos heredado y que tiene una capa extra de efecto terapéutico. Siempre se ha tomado así en las tribus indígenas, y así es como ha llegado a Occidente, si bien creemos que tiene un potencial mucho más grande. Aparte, en el aspecto más material, abarata mucho los costes porque no es lo mismo hacer terapia para una persona que hacerlo a un grupo de personas. Además, tiene un nivel extra de potencial terapéutico, que es la parte social de familiar y comunitaria que no se suele tocar en la psicoterapia individual.

¿Qué requisitos debe cumplir una persona para entrar para por el poder participar en este estudio para ser elegible?

Tiene que haber perdido a su ser querido en los últimos 12 meses -no tiene por qué haber sido de Covid, por supuesto- y tiene que ser un familiar de primer grado (padres, hijos, hermanos y pareja). Por otro lado, es cierto que la ayahuasca no es para todo el mundo. No queremos es poner en riesgo a personas que puedan ser vulnerables; por tanto, hay dos criterios muy claros de exclusión: que la persona tenga presión arterial alta o que haya padecido algún tipo de enfermedad mental. Para estas personas no es más aconsejable tomar tomar ayahuasca. Por otra parte, las personas que entran en el estudio no deberían de estar haciendo otro tipo de intervención psicoterapéutica a lo largo de el estudio.

Este estudio se está llevando a cabo en Cataluña, ¿cuándo y dónde se hacen las ceremonias?

Estamos completando los dos grupos controles del estudio. Hay un grupo que va a hacer nueve sesiones de psicoterapia -que se hacen online- es una hora semanalmente a lo largo de nueve semanas. Hay un equipo de cuatro psicólogos, algunos de ellos son bilingües inglés-español. Estas personas van a tomar, si ellos quieren, ayahuasca a lo largo de un fin de semana en una casita que está a las afueras de Barcelona, en la naturaleza, y se condensan desde un viernes por la mañana hasta un domingo después de comer esas dos ceremonias. Esas personas también tienen dos sesiones de integración a lo largo de las dos siguientes semanas también de forma online con el psicólogo de referencia.

Por tanto, cada participante va a participar en un fin de semana con ayahuasca.

Para estos para estos dos grupos iniciales habrá dos ceremonias condensadas en un fin de semana que, por supuesto, son opcionales. Nada es obligatorio para estos grupos. Cuando cuando comenzamos con el grupo experimental será de otra forma pero ahora por ahora es así.

Más información en el Área de Investigación de BMed.

Criterios de inclusión y exclusión

Inclusión:

Varones y mujeres de entre 18 y 65 años
Que hayan perdido a un familiar de primer grado
Que haya transcurrido un máximo de 12 meses �desde el fallecimiento de su familiar

Exclusión:
Mujeres embarazadas o en período de lactancia
Alteraciones cardiovasculares
Presentar trastorno psicótico o antecedentes del mismo
Presentar trastorno bipolar o antecedente del mismo
Abuso de sustancias psicotrópicas y alcohol
Recibir terapia farmacológica o psicológica de forma regular �para el tratamiento del duelo prolongado durante el estudio

Débora González

Licenciada en Psicología (UAM) y Doctora en Farmacología (UAB, Premio Extraordinario). Ha publicado diversos artículos sobre la farmacología de la 2C-B, la Salvia divinorum y la ayahuasca. Actualmente, investiga el potencial de la ayahuasca como herramienta terapéutica en los procesos de duelo por la muerte de un ser querido.

«En procesos de duelo, la ayahuasca se convierte en tu mejor terapeuta»

Durante la pandemia del Covid-19, millones de personas han perdido a un ser querido. Además, muchos de ellos no han podido siquiera despedirse o celebrar los funerales pertinentes, dadas las restricciones dictadas por las autoridades sanitarias para detener la transmisión del virus. En estas circunstancias, es incalculable la incidencia de duelos complicados e irresueltos que podrían llegar a cronificarse a largo plazo.

Un innovador estudio, liderado por la psicóloga Débora González y promovido por la Fundación Beckley Med (rama española de la ONG británica Beckley Foundation), propone la ayahuasca como vehículo para acceder a un mundo interno profundamente significativo, e integrar esta nueva información durante el proceso de psicoterapia.

En el estudio participarán 216 personas divididas en tres grupos de 72 personas. El grupo experimental recibirá nueve sesiones de terapia individual y online, con una aproximación constructivista, la cual comprende el duelo como un proceso de reconstrucción de un mundo que ha quedado destrozado tras la pérdida. A lo largo del proceso psicoterapéutico, los participantes podrán asistir a dos ceremonias de ayahuasca que se realizarán grupalmente junto a otros participantes del estudio.

El segundo grupo, es un grupo control en el que los participantes únicamente recibirán las nueve sesiones de psicoterapia. Una vez pasado el periodo de seguimiento de nueve semanas, podrán asistir voluntariamente a dos ceremonias de ayahuasca.

Finalmente, está el llamado ‘grupo en lista de espera’, que únicamente serán evaluados durante la condición basal y nueve semanas después. Al igual que los participantes del grupo control, aquellos que deseen asistir a dos ceremonias de ayahuasca podrán hacerlo al concluir el periodo de seguimiento. Todas aquellas personas que asistan a las ceremonias realizarán una sesión de preparación grupal (antes) y de integración individual (después) de las ceremonias. Los requisitos para participar es haber perdido un familiar de primer grado en los últimos doce meses. Si es tu caso y quieres participar en el estudio puedes contactar con la organización vía correo electrónico: investigacion@bmed.org.es.

El uso de la ayahuasca para ayudar al proceso de duelo a nivel terapéutico no es nuevo. Débora González lleva años estudiando este particular, y durante la última edición de la World Aya Conference, pudimos escuchar algunas de sus conclusiones durante la ponencia ‘Ayahuasca, terapia y duelo’:

Según explica la doctora González, «ante la muerte de las personas que amamos, nos confrontamos inevitablemente con las cuestiones filosóficas y existenciales que han acompañado al hombre a lo largo de su historia, aquellas preguntas a las que sólo uno mismo puede dar respuesta. La ayashuasca nos ayuda a profundizar en nuestras memorias y en el imaginario colectivo, permitiéndonos asimilar información que resulta inaccesible durante nuestro estado de vigilia habitual. Esta nueva información resulta muy enriquecedora para reconstruir un mundo significativo a través del proceso de terapia constructivista, haciendo que los beneficios de la ayahuasca y la psicoterapia se potencien sinérgicamente. Además, la ayahuasca facilita el contacto con esa dimensión espiritual del ser humano que ha quedado mermada en nuestra sociedad actual, debido a los trágicos estragos de la religión a lo largo de los siglos y a nuestra cosmovisión dualista, individualista y profundamente materialista. Cuando nos enfrentamos a la muerte, nos enfrentamos al misterio, y la ayahuasca nos ayuda a caminar el misterio».

¿Por qué la ayahuasca para adaptarse al mundo tras la muerte de un ser querido? «Ayahuasca es un término quechua derivado de la yuxtaposición de los términos “Aya“, que significa muerte, alma, espíritu o ancestro y “waska” que significa enredadera o liana, traduciéndose como “liana de los muertos”. Por tanto, es posible que la ayahuasca se haya usado para este fin (entre muchos otros), desde hace cientos de años por las comunidades indígenas amazónicas. Nosotros hemos realizado algunos estudios previos donde hemos visto que la ayahuasca evoca experiencias que tocan directamente los temas clave de los procesos de duelo en aquellas personas que han perdido a un ser querido, por ejemplo: el desbloqueo emocional en los casos de negación; el acceso a memorias biográficas significativas que se comprenden desde otro punto de vista; o el contacto con la “esencia” del fallecido, que facilita la resolución de los asuntos pendientes, como pedir perdón o despedirse del ser querido. Las experiencias de ayahuasca pueden traer consigo beneficios de un gran valor terapéutico ya que ciertos procesos psicológicos, como perdonarse a si mismo, son realmente difíciles de conseguir con las técnicas de psicoterapia habituales. En este caso, es como si la ayahuasca se convirtiese en el terapeuta, tocando las teclas necesarias para la readaptación del doliente, de una forma íntima, única y natural», responde la doctora González.

¿Has perdido a un ser querido y te gustaría formar parte del estudio de la Fundación Beckley Med? Escribe a investigacion@bmed.org.es para más información.

De acuerdo con la investigadora asociada de ICEERS, Débora González, el duelo es una forma de amor: es el precio que se paga por el amor. Cuando nos desprendemos de una persona o de algo que tenemos cerca y que sentimos muy querido en nuestros corazones, nos afligimos. Es un proceso natural y necesario, no sólo para adaptarse a los tiempos estresantes, sino también para el crecimiento y enriquecimiento personal. Y, aunque la muerte puede suponer el final de la vida desde una perspectiva biológica, lo que hemos perdido sigue existiendo después de la muerte, a través de nuestros recuerdos, pensamientos, e incluso en nuestros genes.

Durante esta época de pandemia, el asunto del duelo se ha convertido en un tema de escritura y de conversaciones a medida que nos desprendemos colectivamente de las formas de vida, de los pueblos y de cualquier sentido de certeza sobre lo que podría deparar el futuro.

Además, según González, la pandemia ha generado lo que se conoce como duelo congelado o retardado. «Los dolientes no han podido despedirse de sus seres queridos. Han experimentado funerales estresantes en los que no se han permitido los abrazos entre familiares y se han derramado lágrimas tras las máscaras. Y, dentro de estos tiempos difíciles, muchos tampoco han podido tomar espacio para conectarse con el dolor de la muerte porque están confinados en sus casas apoyando la vida familiar».

Ayahuasca para superar el duelo
El potencial de la ayahuasca para apoyar la curación puede resultar más relevante que nunca debido a la pandemia.

La investigación llevada a cabo por Débora González y su equipo ha demostrado que la ayahuasca tomada en un contexto de apoyo puede ayudar a las personas a superar el duelo (más información en Kahpi.net y aquí).

En la World Ayahuasca Conference 2019 celebrada en Girona, la presentación de González abordó uno de los temas más difíciles para la psicología occidental: la transición a la vida después de la muerte.

«Llegará el día en que seremos testigos de la muerte de la persona que más queremos […] y cuando llegue ese día, sentiremos un dolor que nunca antes habíamos conocido», dijo González. La experiencia del duelo es una de las crisis más profundas a las que se enfrenta el ser humano, que puede llevar a grandes interrogantes sobre el sentido de la vida.

Vídeo completo de su ponencia: