«soy eneatipo 7, «soy capricorniano» soy del linaje arcano y sabio de los queros», «soy la Nada», «soy no-binario» ,»soy bruja», «soy mujer medicina», «soy un ser de luz», «soy chamán», «soy medium», «soy astrólogo», «soy tantrika» ,»soy un alma vieja», «soy el Todo», «soy Nada» , «soy nadie», «soy Dios», «soy cristiano»…
Uno de las mayores limitaciones a nuestra libertad, creatividad y expansión son las identificaciones. No es lo mismo asumir que naciste en Arabia Saudí que asumir «soy árabe» , en el primer caso tu posees una cultura, en el segundo la cultura te posee a ti y cualquier cosa que hagas fuera de las fronteras moral-geográficas internas que se salga de lo estipulado te generará culpa, desconfianza o miedo, los tres grandes guardianes del sometimiento a la esclavitud. No es lo mismo decir padezco alcoholismo que decir «soy alcohólico», en el primer caso solo has de cuidarte de no beber, en el segundo caso pesa sobre ti el estigma de ser un incapacitado sufridor enfermo. No es lo mismo decir me llamo Sergio que decir soy Sergio. En la universidad nos enseñaban que sin memoria no hay identidad algo que nos lleva a preguntarnos si tenemos un pasado o el pasado nos tiene a nosotros. El pasado es una interpretación de lo que ocurrió, si esa interpretación se transforma también cambia el sentido de mi identidad, lo que quiere decir que la identidad es algo dinámico y no necesariamente cristalizado. No es lo mismo decir «me siento mayoritariamente atraído por mujeres» a decir «soy heterosexual», lo mismo si digo, «soy gay», «soy lesbiana», «soy bisexual» (no en toda situación eres así) o incluso decir «no-binario» que pareciera ser que no te identificas con un género y el colmo de la libertad pero es una identificación más.
En este sentido son notorias las investigaciones de Kinsey que con sus estudios estadísticos cuestionó las categorías fijas de la sexualidad e incluso habló de homoflexibilidad y heteroflexibilidad donde había una apertura según el momento de vida y las circunstancias y personas a los encuentros afectivos y/o sexuales con mujeres, transexuales u hombres.
La identidad puede usarse como una protección, una manera de excluirse o excluir. Dentro del mundo gitano, existe una corriente extremista endogámica donde solo se pueden casar entre ellos, el orgullo gitano es un sano amor hacia una cultura salvo cuando se usa para sentirse superior a los «ingenuos payos». Sin embargo no existe ninguna asociación que denuncie el racismo contra los payos. ¿Pero puede haber ofensa si uno no se siente «payo»? ¿Puede haber ofensa cuando se profundiza en el misterio y se proclama «no sé que es ser «payo», no se qué es ser «gitano»,» no sé que es el islam ni el judaismo ni ser palestino ni ser israeli»? La identificación (no la identidad que es funcional superficial y operativamente ) es el origen de todas las guerras. Esto no quiere decir que hayamos de borrar nuestra identidad sino verla como un disfraz, agradecer la riqueza que nos brinda la biodiversidad cultural y ser consciente del uso que hacemos de ella. Tampoco hemos de rechazar las identificaciones propias o ajenas y lo que producen en nosotros, ese no es el camino, el camino es abrazarlas y abandonar la fe en la falsa seguridad que nos ofrecen ante el vértigo del misterio y el torrente de las posibilidades.
La identificación es una cárcel que deja de tener poder cuando ves que es una cárcel ilusoria, la identidad es inocua, es incluso una obra de arte, algo con lo que puedes sentirte incluso agusto excepto si te identificas y empiezas a defenderte mentalmente, con la defensa comienza el autodaño y sin la necesidad de defenderte internamente comprendes que nada ni nadie puede dañarte a un nivel profundo (no me refiero a no poner límites a otros o a ti mismo en la vida diaria).
En el mundo ayahuasquero a veces se pregunta, ¿de que linaje vienes? ¿estas autorizado por alguna tribu milenaria o algun grupo vegetalista? Yo vengo como tu del linaje del amor, el linaje mas sagrado que existe, mas «antiguo» que el tiempo,eterno aqui y ahora, y fíjate tu por donde, es universal y no es exclusividad de nadie, mi patria es el amor, una patria y territorio pleno que va mas allá de todas las ideas que concibo de lo que es, todo lo demás son disfraces de nacionalidades que nos ponemos para jugar a la exclusividad. Por ejemplo se habla del «linaje de los queros», se los tacha de sabios ancestrales incuestionables, solo porque se dice que son los descendientes de los incas que eran superiores a los «inca-paces» como llamaban los guias turísticos en perú a los españoles, que a su vez se creían superiores a los incas.
Tambien se habla de los secretos, traumas, karma y «pecados» del linaje familiar que deben ser pagados o limpiados por el desecendiente, como si fuéramos las burras que cargamos con un séquito de muertos en nuestro carruaje. Se habla de sanar el linaje masculino familiar y sanar el linaje femenino, como si hubiera que ir uno a uno enmendando los nudos que se crearon en vez de desidentificarse de una vez por todas con la historia familiar. No eres tu linaje, no eres tus ancestros y menos ellos te van a van a aconsejar como a veces se le pide que nos guíen, unos quieren sanar a sus «perversos» ancestros y otros acuden a ellos,
no hay mayor guía que la guía del Amor.
No estoy diciendo con esto que el trato que recibieras de tus padres no esté relacionado por oposición o similitud con el que recibieron a su vez de sus padres sino que estoy hablando que para liberarnos de cargas familiares no es necesario cargarnos más considerándonos misionariamente los guerreros que se enfrentan a fuerzas violentas antagónicas familiares que existen, pero que no nos desatamos de ellas con miles de constelaciones familiares (por cierto magnifica herramienta descontextualizada de su marco rígido teórico) sino con una inmensa amabilidad hacia nosotros mismos dejando de creer que somos un efecto de nuestro pasado y que el pasado es la causa de lo que somos. El pasado es un efecto de lo que somos , ¿qué? , si, o al menos es una posibilidad que lo sea. Muchos se preguntarán, si el efecto es algo del futuro o del futuro próximo, ¿ como va a ser el pasado un efecto? Lo es porque el pasado es una interpretación actual de algo que ocurrió, que según como lo comprendamos puede formar parte del centro o de la periferia de la identidad que construimos. Otros se van más lejos, hacia la posición astrológica de las estrellas cuando nacimos, yo no soy un experto, no sé que grado de influencia tendrán (si es que la tienen) en lo que somos o en la personalidad , lo que si sé con certeza es que no son determinantes y que decir «soy capricorniano» o «es que el es así porque los escorpios son así» «los piscis son así de psicóticos» es una cárcel, una autoimposición, un estigma o una etiqueta con la que juzgar a otros, por eso se suele preguntar ¿qué signo del zodiaco eres? Para así formarse una idea rápida preconcebida sobre el otro y tomar las «precauciones» necesarias, cerrándote así a lo nuevo, al misterio del ser humano que tienes delante y confirmar esa idea de «son así» ,como cuando decimos » la gente es así» , » la gente esto, la gente lo otro» , la «gente» es la idea de los otros que tengo en mi mente, la «gente» somos tu y yo, «la gente» es la excusa perfecta para no responsabilizarme de mi desdén y rechazo hacia los otros, «la gente» es la idea que tengo de que los otros son tonto, malos, injustos y que no merecen ser amados, no merecen mi amor y que no pueden aportarme nada bueno.
Hay personas que se van al extremo de la desidentificación, ocurre mucho en la «no dualidad» cuando esa hermosa visión se lleva al absolutismo , y no se dan cuenta de que con ello crean otra identificación, dicen «no soy nada», «no soy nadie» y usan eso sin darse cuenta para cimentar su idea de indignidad de que no son importantes, que no sirven para nada, que no son capaces ni dignos de expresarse y de ser escuchados, no han experimentado que son inmensamente importantes para la divina existencia, que son divinamente importantes para el amor y que no necesitan hacer nada para serlo ni para demostrarlo ni negar que lo son. La humildad no es juzgarse a uno mismo como diminuto, es reconocer la grandeza de lo que somos sin usarla para creernos superiores o mas dignos que otros que son igual de grandes y no se han dado cuenta aún de lo valiosos y bonitos que son, de la hermosura del amor que son. Por lo tanto si las identificaciones generan tanto sufrimiento como vamos a añadir mas lío al asunto diciendole a otros que son «eneatipo 9» (otra cosa es decir, mi personalidad tiene rasgos parecidos a esto), es lo mismo que los que dicen, en diseño humano me han dicho que «soy manifestador» , ¿acaso no crees que todos somos manifestadores o tenemos esa capacidad?, o decir «soy chamán» para poner esa mentira por encima de la mentira de «soy una mierda que está harto de depender de otros y ahora quiero que otros dependan de mi». Otros dicen «soy independiente» ( los independientes son un tipo de dependiente, dependen de la idea de que no pueden depender de otros) y se pierden la grandeza de la interdependencia (donde se gestan las grandes hazañas , movimientos y experiencias), tambien los «independientes» se niegan a recibir apoyo externo, rechazan tomar enteogenos porque dicen que deben lograrlo por si mismos y no ven que el aire es algo supuestamente externo también en la Consciencia Cósmica en la que vivimos y somos. Hay escuelas que te dan una identidad nueva , un título o una etiqueta para que asi te sientas mejor y separarte junto a ellos de la sociedad para sentiros mejores, he visto esto en escuelas donde dicen «tu eres un tantrika como nosotros, nosotros no seguimos al rebaño». Otros creen que son más buenos que otros por «creer en Dios» y que los que no tengan fe en su religión no se salvarán. Cuando me preguntan si creo que Dios les digo que no creo, como voy a creer si me fundí en el, si me fundí en Ell@ cuando fumé el bufo alvarius, no necesito creer, no me hace falta ya, solo confiar… como tampoco necesito poner en mi fe en una identificación para estar a salvo del resto o a salvo de lo que creo ser o soy.
Si dijera que sé quién soy estaría mintiéndote, si te dijera que no sé quién soy también te mentiría, lo que si puedo decirte es que por fín estoy en armonía con la no-necesidad de saberlo sea lo que sea eso de «saberlo».
Y también abrazo la necesidad de saberlo cuando surja sin perderme en ella y volviéndome sordo a cualquier voz mental que me lo diga… se está tan agusto aquí en el abrazo omniabarcante… todo llega para ser abrazado y amado aquí, sin definiciones, y en ese abrazo que doy soy abrazado y surge esa experiencia multisatisfactoria de lo que soy, de lo que Soy, y la gratitud y el goce me inundan.